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jueves, 31 de mayo de 2007


El cheque de los ancianos regañados
Populismo a lo panista. Hubo discursos amorosos y regaños en la primera jornada de entrega de pensión a adultos mayores.

31-Mayo-07

La entrega de una pensión a los viejitos, esa prueba irrefutable del populismo lopezobradorista denunciada por los panistas en la última campaña presidencial, ayer tuvo su primera jornada en la Guadalajara blanquiazul.
El acto fue presidido por funcionarios emanados de ese instituto político, uno de los cuales, para quitarle al programa esos aires complacientes con tufo izquierdista, se permitió regañar a los ancianos por no poner atención, como si fueran alumnos de una primaria particular donde la autoridad es sagrada y la distracción, la peor de las blasfemias.
La maestra se llamaba Paulina, y como el célebre huracán que hace unos años asoló Acapulco, puso en su sitio a los ingratos viejanos que cometieron el crimen de no soportar el calor agobiante. La bola de malagradecidos papaban moscas, se cuchicheaban historias, o se paraban a ganar lugar para recoger el dinero prometido, hartos de escuchar discursos pletóricos de “bien común”.
Por eso, el llamado enérgico, justo y estentóreo de la guardiana del orden: “Ya no vamos a repartir más cheques. No están haciendo caso: se les pidió que se mantuvieran en orden y se están parando todos”, gritó con micrófono en mano, frente a los ancianos que regresaron la atención, aún sentados bajo la lona caliente de los toldos instalados por los funcionarios. Paulina vestía camiseta y cachucha con el logo del programa de gobierno que apenas arrancó hace dos semanas: Estrategia para la Atención de los Adultos Mayores.
Antes de la amenaza que pretendía dejarlos sin el cheque de mil pesos, pues incluía el pago de dos meses del programa, los ancianos escucharon discursos. Primero al titular de Promoción Social, Martín Camarena; después al encargado del Desarrollo Humano en Jalisco, Martín Hernández y, al final, al alcalde tapatío Alfonso Petersen Farah.
“Se trata de un acto de justicia social, además de darles un apoyo monetario también contempla el beneficio para acceder a vivienda, salud y recreación”, señaló Petersen Farah, casi igualito al discurso del gobernador del estado, Emilio González Márquez, cuando entregó la primera remesa de cheques a los ancianos de la región de Tequila. Petersen prometió 20 transvales al mes, sujeto a la aprobación de sus regidores.
La monotonía amorosa de los tres discursos no evitó las piernas dormidas de tanto estar sentados, ni la urgencia inconveniente de ir a uno de los baños móviles, instalados tan lejos como la parada del camión; pero los ancianos tuvieron que regresar su atención a Paulina, la celosa guardiana, amenazante, que blandía iracunda el poder omnímodo del micrófono, la camiseta, la gorra y, sobre todo, del cheque por entregar.

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